Red de Organizaciones Femeninas del Pacifico Caucano Matamba y Guasa, Andrea García González, Adriana Rudling, Sanne Weber y Laura Rodríguez Castro

 

“El tesoro está en las relaciones.” Esta es la idea clave que resultó de una serie de encuentros en los que las investigadoras co-autoras de este blog conversaron sobre las posibles aproximaciones feministas descoloniales a la investigación y la transformación social. Estos encuentros se llevaron a cabo en el marco de la beca ESRC de Andrea en el centro de investigación SCEP.

Nuestras conversaciones llevaron a una colaboración con la Red de Organizaciones Femeninas del Pacifico Caucano, de mujeres Indígenas y Afrodescendientes en Colombia, cuyo trabajo se encuentra presentado en dos videos en este blog. Laura había desarrollado previamente una relación cercana con la Red y conocía su trabajo transformador.

Esta colaboración se originó por un deseo de que nuestras discusiones no se quedaran únicamente en el campo de la academia. Tal como hemos visto a través de nuestras diversas conexiones en Colombia y Latinoamérica, donde hemos vivido y trabajado de forma intermitente, la praxis feminista descolonial ocurre a lo largo y ancho del territorio colombiano, y especialmente en los procesos organizativos de las mujeres Negras, Indígenas, y Campesinas. Nuestra interacción con la Red, reflejada en este blog, busca amplificar sus procesos y promover reflexiones para una investigación comprometida que centre prácticas de relacionalidad.

El Pacífico caucano, donde la Red lleva perviviendo por más de 30 años, es un territorio donde la violencia colonial intersecta con el continuum de las violencias, incluyendo las basadas en género, y el conflicto armado. El primer video creado por la Red para este blog documenta los proyectos realizados en los últimos años, donde a través de la defensa y práctica de los saberes ancestrales, las mujeres se han enfocado en la sanación, resistencia, subsistencia y pervivencia en el territorio, así como la incidencia política.

En el segundo video, las integrantes de la Red proponen una agenda de trabajo desarrollada por ellas y para ellas, destacando la importancia de reafirmar sus prioridades y necesidades por encima de actores externos e instituciones. Esta agenda viva y dinámica tiene un eje transversal de reafirmación étnica, cultural y territorial e incluye: (1) la creación de un fondo común; (2) empoderamiento económico; (3) seguridad, vivienda y bienestar; (4) incidencia política. Además, los videos a continuación enfatizan la importancia de la tradición oral y la comunicación popular que trasciende los productos tradicionales de la investigación.

 

Extractivismo epistémico 

Quisiéramos empezar reconociendo que nos hemos formado, hemos escrito y hemos llevado a cabo nuestra labor feminista desde las academias e instituciones del Norte Global y, por ende, hemos estado involucradas en las estructuras académicas y sociales del Norte que tienen una historia de extractivismo epistémico y marginalización de los saberes y formas de conocimiento del Sur Global. Comprendemos el Sur y el Norte más allá de sus fronteras geográficas, como constituidos por las relaciones de poder implícitas en el proyecto colonial/capitalista/neoliberal del occidente. En este sentido, se vuelve vital reflexionar en profundidad sobre cómo hacemos investigación y las repercusiones que eso tiene para las personas con las que dialogamos y trabajamos.

La violencia del extractivismo epistémico ha sido nuestra preocupación principal en las discusiones que hemos tenido sobre la ética y las prácticas de investigación. El extractivismo epistémico se refiere a la extracción de ideas siguiendo la misma lógica según la que los territorios colonizados son despojados de recursos naturales para enriquecer al Norte colonizador. El extractivismo epistémico usa y destruye el potencial transformador del conocimiento del Sur, absorbiéndolo en los patrones cognitivos del occidente (Grosfoguel, 2016) a la vez que deslegitima los espacios donde se origina como simples lugares “de experiencia,” más no de teoría.

Después de la firma histórica del Acuerdo de Paz con las FARC en 2016, la mirada del “Norte” occidental ha estado sobre Colombia. Entonces, el extractivismo epistémico también se convirtió en un tema importante en nuestras conversaciones con les integrantes de distintas organizaciones. Charo Mina-Rojas (defensora de derechos humanos y lideresa Afro-Colombiana del Proceso de Comunidades Negras de Colombia -PCN-) le explicó a Laura, en un diálogo que se llevó a cabo al inicio del 2020, cómo la instrumentalización de las luchas y las memorias de las mujeres para su uso en la “investigación para la paz” sigue operando bajo parámetros occidentales de productos rápidos y cuantificables:

Ellos [las instituciones] agarran cosas y las adaptan y ajustan, pero en últimas, la memoria tiene que contribuir a la transformación. Pero la forma en la que se ha hecho no es para transformar nada, porque es una memoria que queda en anaqueles y no es un proceso dinámico de construcción y transformación de las realidades y de las personas. 

Estas experiencias nos han llevado a preguntarnos cómo hacemos investigación transnacional como feministas comprometidas con la transformación social. ¿Cómo anclamos este compromiso en alianzas genuinas y políticamente fundamentadas? ¿Cómo desarrollamos las prácticas de investigación que desafían las relaciones utilitaristas? ¿En qué circunstancias nos arriesgamos a caer en las mismas prácticas de explotación? ¿Qué prácticas se privilegian en la carrera académica competitiva? Estas preguntas nos han llevado a repensar qué tipo de relaciones establecemos con las personas involucradas en nuestras investigaciones. Además, estos interrogantes incluyen una evaluación de nuestras metodologías y su impacto.

 

Metodologías que desafían la investigación extractivista

La selección de métodos de investigación está vinculada a cuestiones éticas, lo que nos plantea diversas contradicciones. Algunas de nosotras consideramos que los métodos basados en entrevistas pueden hacer de la experiencia de la investigación algo agotador para les participantes y aportarles pocos beneficios directos. Otras hemos encontrado que los espacios donde la entrevista toma lugar pueden convertirse en espacios de diálogo, reconocimiento y co-creación de conocimiento (elementos que adoptamos en nuestro desafío al extractivismo epistémico). También, hemos cuestionado los métodos participativos en nuestras conversaciones al no ser “la” solución, pero hemos discutido su potencial. Las actividades participativas requieren un esfuerzo, tiempo e inversión adicionales de parte de les participantes que no siempre están dispuestas a comprometer, a pesar de que sí quieren que la investigación se lleve a cabo. En otras ocasiones, con la idea “regresarles algo a les participantes”, tal vez hemos desarrollado actividades participativas donde han aceptado involucrarse debido al apego emocional hacia la investigadora más que por un compromiso con el proyecto en sí. En otras experiencias, tal como discutimos en la siguiente sección en el recuento de Sanne, los métodos participativos trajeron resultados más directos y tangibles para las personas participantes e hicieron el proceso de investigación menos extractivo y más recíproco.

Hemos identificado que los elementos clave para desafiar la investigación extractivista son el tiempo y la construcción de relaciones basadas en la confianza y transparencia. En nuestras conversaciones ha surgido la necesidad de establecer un diálogo con las comunidades previamente al proceso de investigación donde cuestionar si realmente nos necesitan, en qué capacidad y cuáles son las necesidades materiales para llevar a cabo la transformación social que se propone. Este último punto muchas veces no se considera cuando hacemos investigación, pero son las condiciones materiales las que imponen limites al trabajo transformador. Tal vez tenemos que desafiar la idea jerárquica de “usted necesita/yo tengo” a la vez que seguir conscientes y mantener responsabilidad frente a nuestros privilegios dada nuestra posición en el Norte Global extractivista. La escucha vulnerable, el respeto y el cuidado son pilares de las relaciones que desarrollamos en el deseo de co-crear conocimiento transformador.

 

Imaginando otras formas de hacer investigación

A pesar de que somos conscientes de los riesgos de la investigación extractivista, evitarla no es siempre fácil. A veces aprendemos de nuestros propios errores, así que reflexionar sobre ellos nos puede ayudar a identificar qué y cómo mejorar para la próxima vez. Sanne nos comparte una experiencia de este tipo que tuvo en Guatemala:

Cuando estaba haciendo el proyecto piloto para mi investigación postdoctoral, opté por hacer entrevistas en el formato de historia de vida en vez de investigación participativa por falta de recursos y tiempo. Así es que, en un momento dado, me encontré en una comunidad con un grupo de mujeres que llegaron para un grupo focal organizado por una de sus lideresas – no a petición mía sino porque ella creía que es lo que les investigadores esperan. De hecho, estas mujeres eran bastante “sobre-investigadas” y la mayoría de ellas reacias a participar en el grupo focal. Ya habían contado sus experiencias de la época del conflicto armado muchas veces y algunas de ellas se sentían emocionalmente afectadas después de hacerlo. Me sentía muy extractivista, y les dije que no teníamos que hacer ningún grupo focal. Algunas de las mujeres en efecto se fueron, mientras que otras insistieron en contarme su historia. Después, decidí que no podía usar estos datos solo para publicaciones académicas, sino que tenía que producir algo más significativo para las participantes. Traté de darle un giro participativo al proyecto a pesar de que ya estaba en marcha. Obtuve apoyo económico y organicé conversaciones con las participantes en las que decidimos co-crear un libro con sus historias. En los siguientes talleres conversamos sobre los contenidos y el formado del libro. El libro en físico se compartió a lo largo y a lo ancho de Guatemala y también se puede encontrar en línea. A pesar de que tomó tiempo y energía, mi incomodidad extrema con la situación eventualmente llevó a algo positivo tanto para mi como para las mujeres. 

Este ejemplo muestra que la prevención de la investigación explotadora no se restringe a los métodos que usamos, sino que también depende de las conversaciones, del reconocimiento de las personas con las que trabajamos y del proceso que se despliega para llegar a metas y expectativas comunes.

Entonces, ¿cómo imaginamos otras formas de hacer investigación? Debemos reflexionar tanto sobre nuestras expectativas como las de las personas participantes. A menudo tenemos una lógica utilitarista en relación a nuestros encuentros de investigación: los proyectos tienen productos pre-establecidos, nosotres tenemos metas a lo largo de nuestras carreras y cronogramas a seguir. Asimismo, muchos de los cambios que nosotres o les participantes quisieran ver no están en nuestro alcance ya que están sujetos a estructuras sociales y políticas más amplias. Les participantes saben eso, o lo intuyen, pero nosotres también tenemos que ser transparentes en este sentido. Esto no quiere decir que la investigación no tiene sentido, sino que se trata de enmarañamientos, relaciones y resultados no esperados. Aceptando la serendipia en la investigación es también cómo algunas de nosotras llegamos a Colombia para empezar.

Otra forma de re-imaginar la investigación es pensar seriamente en nuestras preguntas de investigación. Las investigaciones sobre conflicto y paz se enfocan a menudo en las experiencias de violencia. Esto puede re-victimizar y re-traumatizar. En su lugar, o tal vez adicionalmente, podemos crear espacios para que estas mismas personas “respondan al poder” (patriarcal, local, regional, institucional, estatal, académico, etc.) Por ejemplo, en una de nuestras conversaciones, Laura nos contó cómo, en el contexto de extractivismo epistémico post-Acuerdo de Paz, le preguntó a lideresas sociales sobre su experiencia con procesos de memoria histórica y con la institucionalidad. También podemos preguntarles sobre sus experiencias cotidianas y sus esperanzas y necesidades para el futuro, o lo que Eve Tuck (2009) llama “investigación enfocada en el deseo.” Referente a la Red de Organizaciones Femeninas del Pacifico Caucano Matamba y Guasa, ellas demuestran que las agendas y los proyectos para transformación social ya están en marcha. No se trata de que nosotras como investigadoras hagamos un impacto, sino de que ellas mismas lo tengan, con el apoyo de una transferencia de posibilidades materiales e intercambio de conocimiento. La transformación se encuentra y crece con las relaciones que se forman basadas en cuidado, solidaridad, respeto, apoyo mutuo y intercambio de conocimiento desde la generosidad.

 

Bibliografia

Grosfoguel, Ramón (2016) Del «extractivismo económico» al «extractivismo epistémico» y al «extractivismo ontológico»: una forma destructiva de conocer, ser y estar en el mundo. Tabula Rasa.(24): 123–143.

Tuck, Eve (2009) ‘Suspending Damage: A Letter to Communities’, Harvard Educational Review, 79(3), pp. 409–428.

 

**An English language version of this post can be found here: https://blogs.brighton.ac.uk/secp/2022/04/29/research-news-practices-of-relationality-conversations-to-imagine-social-research-otherwise/